Desde que soy madre, la seguridad de los niños en el automóvil siempre ha sido una prioridad. El ritmo de vida actual nos conduce, desde que nuestros hijos son bien pequeños, a llevarlos con nosotros en el coche. Ya desde la misma salida del hospital, a menos de que la vivienda se encuentre a muy poca distancia de este, acostumbramos a los pequeños a viajar.
El coche se ha convertido en un elemento tan cotidiano de nuestra vida que a veces olvidamos que en cada viaje sometemos a los pequeños a un peligro en potencia. ¡Vale!, lo normal es que no pase nada, pero ¿y si en uno de esos trayectos nos espera un percance? Lo mejor es ir prevenidos y cualquier medida que implique que los niños vayan a ir más seguros en el coche se tiene que valorar.
Cuando mis hijos eran menores de 4 años no había oído hablar de las sillas de coche a contramarcha. Por lo que, los míos, siempre fueron en sentido de la marcha, pero, eso sí, en lo que según mi valoración, eran de las mejores sillitas de bebé que podía encontrar en el mercado.
A día de hoy, los expertos de seguridad infantil afirman que las sillas más seguras son aquellas en las que el niño va a contramarcha. Por eso, sin dudarlo, me he sumado a la iniciativa deUna mamá de otro planeta, A contramarcha, y A contramarcha salva vidas, para que se tome conciencia de que no queremos «Ni un peque más en peligro».
La seguridad ante todo, porque siempre es mejor prevenir que lamentar una muerte, o una lesión de por vida, que podría haberse evitado. Los niños hasta 4 años son los más vulnerables en los accidentes de tráfico, las consecuencias de su escaso peso pueden ser muy negativas.
Las sillas a contramarcha y la seguridad de los niños de 0 a 4 años
Las ventajas que poseen las sillas a contramarcha respecto a las de frente es que, en caso de impacto, es el respaldo de la propia sillita el que protegerá la cabeza, y sobre todo el cuello del pequeño, minimizando la fuerza de la inercia por el choque o el frenazo, es decir, el movimiento producido por esta fuerza es el que queda absorbido por la propia silla, que limita que el cuello y la cabeza se desplacen excesivamente hacía delante y luego un cambio brusco hacia atrás, como pasaría con una sillita de frente.
No soy una experta en sillas a contramarcha, ni mucho menos, pero parece lógico este hecho si nos regimos por las leyes de la física, y por las pruebas de sillas a las que podemos tener acceso desde el propio Youtube. Os dejo un vídeo para que lo podáis comprobar con vuestros propios ojos. Porque en ocasiones vale más una imagen que mil palabras.
Y después de ver el vídeo, si tenéis pequeños menores de 4, elegid para su seguridad la mejor opción que tengáis al alcance. Solo pido que antes de comprar una silla de coche hay que informarse muy bien y valorar todas las posibilidades. Y sobre todo, a poco que podáis, en temas de seguridad no consideréis el precio o el diseño más cuqui como el factor decisivo. Mirad la calidad de la silla, los materiales, las ventajas, y todos aquellos elementos que contribuyan a darle una mayor seguridad. Pensad que elegir una buena silla contribuye a salvar vidas, y que los bebés, por su poco peso y proporciones, son los más vulnerables.
Me encantaría que mis hijos fuesen esas sillas, pero tenemos heredadas las 3 sillas de grupo 1 que van en sentido de la marcha, y aunque miré el precio de las nuevas y más seguras, no puedo permitirmelas…
Las sillas de coche, que son obligatorias, no deberían ser tan caras.